viernes, 8 de mayo de 2009

*Personajes

Pedanios Dioscórides (siglo I d.C.)

Cirujano militar romano. Su actividad como médico del ejército le llevó a escribir su obra Materia medica en la que describe 600 especies de plantas medicinales. Esta obra fue utilizada durante 1500 años y ninguna droga se reconocía como auténtica a menos que estuviera registrada por Dioscórides. En general, contiene menos información botánica que los trabajos de Teofrasto, sin embargo, su utilidad en medicina permitió que se le considerara como el trabajo más importante sobre el conocimiento de las plantas hasta el final de la Edad Media.

Durante la Edad Media, fue poco el avance en el estudio científico de las plantas. Las guerras y la decadencia del Imperio Romano ocasionaron la destrucción de mucha literatura. Los manuscritos se perdieron a un ritmo mayor que el de poder ser copiados y el conocimiento botánico se confinó casi exclusivamente a los trabajos de Teofrasto y Dioscórides.

En el Renacimiento jugaron un papel impor-tante un grupo de médicos, botánicos y naturalistas denominados ‘Herbalistas’, quienes dieron impulso al avance del conocimiento botánico y realizaron clasificaciones artificiales sobre la base de caracteres superficiales de las plantas. Así, transcurrieron los siglos xvi y xvii sin grandes avances, pero en el siglo xviii nace el hombre que cambiaría para siempre la forma de clasificar a los seres vivos.

Carlos Linneo (1707 –1778)

Es reconocido por su clasificación artificial de las plantas con flores, considerando sus órganos reproductores, basándose principalmente en el número de estambres. Sin embargo, su mayor aportación a la ciencia, por lo que es llamado ‘padre de la taxonomía’, fue establecer un sistema de nomenclatura binomial preciso y referible, que asigna un nombre científico para cada especie existente en la naturaleza. Este nombre está formado por el nombre genérico o del género y por un nombre específico o de la especie. Se conforma así una denominación binaria que separa una de otra especie, aún siendo cercanas, evitando confusiones y repeticiones y que, además, se mantiene sin cambio por utilizar una sola lengua, el latín. La obra monumental de Linneo se titula Species plantarum, fue publicada en 1753 y es reconocida como la piedra angular de la taxonomía hasta nuestros días, no sólo por su metodología sino también porque en ella se encuentran descritas muchas de las especies que se conocen actualmente.

Durante el siglo xviii se desarrolla el sistema natural de clasificación en el que las plantas con semejanzas son agrupadas en una misma categoría. Es muy interesante considerar que en su intención original el sistema natural se proponía reflejar el plan de la creación y no las características heredadas.

Charles Darwin (1809 – 1882)

Su obra, El origen de las especies, publicada el 24 de noviembre de 1859, tuvo tal impacto que provocó un cambio fundamental e irreversible en las ciencias biológicas. En ella establece que el origen de las especies no es espontáneo y que éstas no fueron creadas por causas sobrenaturales, concepto que había dominado la biología hasta esos días.

Darwin realizó una meticulosa observación y estudio de muy diversas poblaciones de seres vivos y concluyó que las especies son dinámicas, que los organismos tienen sistemas de poblaciones variables que van cambiando continuamente en el tiempo y que forman linajes de organismos relacionados estrechamente. Esta concepción, que tuvo tan honda repercusión, se constituyó en la armadura conceptual de la biología sistemática. En ella se fundamentaron los nuevos sistemas de clasificación que consideran, además de las semejanzas morfológicas y anatómicas, las relaciones de origen de los organismos. Con el avance en las diversas ciencias, más adelante, se fueron teniendo en cuenta también, en el caso de las plantas, las relaciones fitoquímicas y genéticas. La clasificación se fue situando sobre las bases de descendencia y relación, y como resultado se obtiene la clasificación actual del reino vegetal. No podemos decir que no existan algunas discrepancias entre los botánicos, lo que da pie a que haya diversas clasificaciones para éste. Las más simples son las que agrupan a las especies solamente en dos grandes grupos, una de ellas es la que considera a las criptógamas (plantas sin flores) y las fanerógamas (plantas con flores), otra la que agrupa a los vegetales en plantas no vasculares y plantas vasculares. Existen otras clasificaciones mucho más sofisticadas, una de ellas se basa en la cladística y considera un gran número de divisiones.

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